Y el diputado regresó y cantó

Luego de más de cinco años sin coquetear con el mercado discográfico, Sergio Vargas se enfundó en un traje, peinó su melena y se hizo acompañar de una superproducción para presentar las credenciales de “Amores nuevos, viejos y de medio uso”.

Uno de los salones del Edificio Corporativo de Codetel se transformó en una moderna discoteca para acoger al Negrito de Villa y sus invitados: productores, artistas e invitados que conformaron una larga lista en la que no faltaron Fernando Villalona, Peña Suazo, Benny Sadel y Kinito Méndez. Y, aunque Sergio no se montó en un yate en el corazón de Miami, a los medios de prensa del país, incluyendo MasVip, se unieron otros de Nueva York, Puerto Rico y Colombia.

Sergio y su grupo se ocuparon de poner música a la gran noche, adelantando en dos sets parte de lo que es esta nueva producción del merenguero.

Uno de los momentos más emotivos fue cuando cantó con su hija Marola el tema que grabó cuando ella nació hace 19 años. En la pantalla se vio una foto de él cargándola acabada de nacer.

En el álbum aparecen composiciones de Marcos Díaz, Jose Peña Suazo, Juan Andujar, Charlie Mosquea, Julio Gutiérrez, con arreglos de Manuel Tejada, Juan Valdéz, Jose Peña Suazo, Sergio George, Junior Cabrera, Francis Contreras Dary, Juan Andujar, Gerson Suero, entre otros.

En definitiva, una nueva apuesta merenguera que revive la imagen de Sergio, lejos de su rol de diputado, sin duda en el que más se le ha visto en los últimos tiempos.

Sergio Vargas es una de las pocas figuras del arte que ha podido alcanzar el equilibrio entre dos escenarios distintos: en lo artístico y lo político.