Como casi todos los inicios, el de “El Cata” para llegar al éxito tampoco fue sencillo. El “mambero” ha recorrido un largo camino desde los Estados Unidos, donde vivió hasta hace algunos años, hasta llegar al país para hacerse de un nombre en el merengue de calle, que es su género.
“Mi familia emigró a Estados Unidos cuando mis padres se separaron, nos fuimos mis cuatro hermanas, mi madre y yo; cuando crecí y empecé a hacer música me decían que lo que yo hacía era se podía desarrollar más fácilmente aquí en Santo Domingo, y vine para acá solo”.
Esos primeros meses los describe como difíciles, porque muchos no creían en su talento y tuvo que trabajar duro para hacerse notar y presentar sus primeras canciones.
Su apreciación por la música viene desde niño, lo que lo llevó a estudiar dos años de educacion musical en el Bronx Community College, aprendizaje que le ha facilitado la composición de temas para sus discos y colaboraciones para otros artistas que le han ganado fama.
Edward Bello Pou, nombre que figura en sus documentos, se ganó el sobrenombre de Catalino cuando tenía cinco años y le dijo a su padre que apostara en una carrera de caballos por el número 5, su favorito, haciendo a su padre ganar el premio mayor. Desde entonces su madre no lo ha llamado de otra manera, igual al caballo por el que su padre apostó. Identificándose a sí mismo, decidió acortarlo para darse a conocer en un ambiente que ya estaba habitado por otros exponentes, los que cataloga como sus compañeros. “Ni mejores ni peores que yo, los respeto y los aprecio, yo’toy pueto pa’ lo mío, lo de los demás no me importa tanto”, señala.
“El Cata volvió loca a Shakira
7:58 AM
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