Mijares a corazón abierto

El cantante rechaza los rumores de su separación con Lucero y dice ser un papá muy consentidor con sus hijos Lucerito, de cuatro año, y José Manuel, de siete.

Era el 18 de enero de 1997 y por el Canal de las Estrellas se televisaba, por primera vez en vivo y a todo color, la boda de dos grandes figuras mexicanas del espectáculo: el reconocido cantante Manuel Mijares Morán y la también cantante y actriz Lucero Hogaza León, conocida por todos como Lucerito.

En el Colegio de las Vizcaínas, Monseñor Norberto Rivera Carrera les dio el sacramento del matrimonio y como lo requiere el rito tradicional, les dijo: "Que lo que Dios ha unido no lo separe el hombre". Apenas cuatro meses después de la boda, los medios comenzaron a difundir rumores de distanciamiento, chismes que desde aquel entonces, y hasta la fecha, no han parado, pero que hasta ahora no han sido nada más que eso.

Casi trece años, y dos hijos después, es el propio Mijares quien vuelve a desmentir que su matrimonio esté mal y nos habla de cómo cuida a su familia.

- Manuel ¿cómo te sientes en esta doceava vez que te divorcian?

- Al principio nos afectaba más. Pero ya no estamos al pendiente de este tipo de prensa, lo estamos más de nuestros trabajos, de los niños, del quehacer cotidiano, de ver a dónde nos vamos de vacaciones.

- ¿Cuál ha sido el secreto para conservar tu matrimonio?

- Tener como prioridad a mi familia antes que el trabajo. Luego ya viene todo lo demás.




- ¿Afecta a tus hijos lo que difunden los medios sobre tu supuesta separación?

- Para nada. Ellos no están atentos de los medios porque están chiquitos. Además, por más chismes que escuchen, si ellos ven que su mamá y yo estamos juntos y nos llevamos bien, entonces no hay nada de qué preocuparse.

- ¿Cómo están tus hijos José Manuel y Lucerito?

- Yo los veo muy bien. Quieren estar con nosotros, nos disfrutan mucho. La nena es más apegada a mi mujer, pero cuando Lucero está trabajando o de viaje, entonces sí se viene más conmigo. Cuando regresa su mamá, la niña me borra del mapa. El cambio es increíble, pero está bien. Son niños muy tranquilos; bueno, la nena no tanto: trae muchísima pila. José es más amoroso, está muy metido en sus cosas, es medio tímido. No le gusta estar donde haya mucha gente; en cambio, a la nena sí. Ella es más salidora, siempre me quiere acompañar a todos lados. Es una niña que tiene muy definida su personalidad.


El cantante no se ve fuera de los escenarios, cantar es lo que ama. (Foto: Pedro Flo


- ¿Sientes que te cambió la paternidad?

- Sí, claro. Desde que me convertí en papá me volví mucho más sensible y tolerante con los niños. De verdad que he visto cambios importantes, sobre todo en la casa: Lucero es la que lleva la batuta en el sentido estricto, es más exigente con ellos. Los adora, pero los pone en su lugar; yo sí me quiebro, ésa es la verdad. Soy muy consentidor. Los hijos me han hecho olvidar un poco lo fashion del showbusiness. Como a ellos les da exactamente igual el que seas artista, el que tengas éxito, el que salgas en la tele o no, te vuelves una persona muy normal y así tiene que ser con ellos.

- ¿Alguno de tus hijos heredó el gusto por la música?

- Los dos. Y es que desde que nacieron han estado cerca de la música. Nos acompañan a Lucero y a mí a las grabaciones. José es un poco más serio, retraído, le gusta cantar de vez en cuando lo que escucha en la radio. La nena canta todo el tiempo. Por nuestra parte no hay ninguna intención
de encausarlos a esta carrera. Ellos ya decidirán en su momento lo que quieran hacer, pero por lo pronto sí noto una gran habilidad para captar la música: son muy afinados y tienen mucho sentido del ritmo.

- Ahora que eres papá ¿qué enseñanzas, heredadas de tu padre, repites con tus hijos?

- En la casa, mis hermanos y yo fuimos una familia muy unida. Mi papá me llevaba al futbol y a muchos otros lados. Así que yo trato, en la medida de lo posible, de llevar a mis hijos adonde sea. Cuando Lucero y yo estamos de vacaciones vamos con la nena y José al cine, al parque, a comer hamburguesas, a que aprendan a esquiar, al zoológico... aunque estemos en el medio del espectáculo consideramos importante llevar una vida normal.

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- ¿Qué detalles sigues teniendo con Lucero a casi 13 años de casados?

- Los detalles son sobre todo en la convivencia diaria: tener un buen trato, respetar siempre a mi mujer... obviamente en la casa no somos groseros ni explosivos. No somos de esas parejas que se enojan y se dejan de hablar. Yo creo que procuramos entender mucho lo que sucede con el otro, las crisis por las que puede pasar, la tristeza o la alegría que puede experimentar por alguna razón; en lo cotidiano tienes que echarle cabeza y entendimiento porque siempre puede haber enojos, como en cualquier pareja.

- ¿Cuál es el enojo más fuerte que han tenido?

- No hemos tenido uno realmente serio, ningún detalle fuerte por el que nos hayamos dejado de ver o hablar, hasta la fecha. No somos una pareja agresiva, que choque o se enoje, llevamos la vida feliz y en paz.

- ¿Qué te ha dejado el matrimonio?

- Estoy muy feliz porque ya casi cumplo 13 años de casado con Lucerito, más uno de novios, y muy tranquilos. Estoy contento porque ella se ha realizado muy bien en su carrera profesional, en su aspecto personal. Yo creo que siempre es importante disfrutar lo que hace tu pareja ¿no? Obviamente cuando llegaron José Manuel y la nena nos volvieron locos. Pero hemos tenido la fortuna de poder convivir mucho con ellos.

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