
“Es una forma más de demostrar quiénes son estas personas que me contrataron. Personas sin escrúpulos, sin principios ni ética profesional, porque todo lo que están diciendo es mentira, absolutamente mentira”, aseguró el actor al diario mexicano Reforma. “Así como usaron imágenes de la telenovela en repetidas ocasiones para inventar o decir que yo jaloneé, pegué o hice lo que no era. Esto era parte de la historia. Montaron una campaña de difamación de muy mal gusto, demostrando en realidad quiénes son, lo que tienen por dentro”.
Cimarro asegura que tiene la conciencia tranquila y que además: “nadie me ha despedido de ningún lugar. Terminé todo, absolutamente todo. Hasta el último capítulo. Sí, me sacaron de muchas escenas, como lo hicieron desde el principio. Pero todo lo que se ha dicho es mentira”.
Sin embargo, Nathalie Lartilleux, productora de la telenovela, asegura que decidió sacar al cubano de la trama porque: “había muchas faltas de respeto a directores y actores” y que la actitud del actor en los últimos capítulos era insoportable.
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