Puerto Rico se desborda en coros para Camila

Por fin se llenó el Choliseo en su versión amplia tras varios fines de semana de conciertos en la modalidad reducida. El trío mexicano Camila, compuesto por Mario Domm (voz y piano), Pablo Hurtado (guitarra principal) y Samo (voz), logró esta hazaña la noche del sábado en el Coliseo de Puerto Rico, en Hato Rey, San Juan.

El éxito radial Mientes, con el que iniciaron el espectáculo a las 9:45 de la noche, se sumó a Todo cambió, Me da igual y Abrázame, entre otros, en una hemorragia de ternura y pasión proveniente –simbólicamente– de las venas de los espectadores.

La sesión de gritos, aplausos, llantos e incesantes coros, antes y después de cada número, intensificó la poderosa banda que acompañó a los tres músicos y cantantes, ubicados Mario en la izquierda, Pablo en el centro y Samo en la derecha.

“¡Muy buenas noches, San Juan! ¡Qué lindo poder comenzar esta gira internacional aquí, en Puerto Rico! A ver, está completamente lleno este lugar. ¡Que Dios los bendiga muchísimo!”, expresó Mario después de Dejarte de amar.

Como ése, otros números no muy difundidos en la radio también fueron coreados completos, entre ellos Entre tus alas y Me bastó. Los arreglos musicales que les hicieron fueron mínimos; se redujeron a dejar uno que otro verso a capella o sólo con guitarra.

El único fallo fue no haber tenido intenciones de incluir Coleccionista de canciones en el repertorio, aunque al final la entonaron a petición del público. El gran acierto fue un popurrí de éxitos ajenos: Tocando fondo, de Calimba; Volverte a amar, de Alejandra Guzmán; y Equivocada, de Thalía. La nota rockera, por otra parte, recayó en You Got My Love, Yo quiero y Maya, una de las ñapas luego de una falsa despedida de la tarima.
“¡San Juan, es un placer regresar a esta Isla del encanto y escuchar el grito más fuerte de la gira! ¡Quiero sentirte, Puerto Rico, un público maravilloso! De verdad que la vida nos da la oportunidad de verlos a los ojos y poder cantarles esta noche con toda el alma”, añadió Samo, vitoreado como ídolo, en referencia al tour titulado Camila 2010 que harán por Estados Unidos y América Latina.

“Recuerdo la primera vez que cantamos en Puerto Rico, en un bar frente a 14 personas, y ahora hay 14,000”, remató Pablo antes de Me voy.
Dos pantallas gigantes, luminotecnia variada y monitores con visuales detrás de los artistas dejaron a la música y el romance ser protagonistas. En el escenario, esa anuencia se tradujo en los abrazos que, por ejemplo, le daba Mario a Samo al principio de algunas canciones, y luego corría al otro extremo para poder tocar el piano sin perder el tempo. En Abrázame, de hecho, exhortó a la audiencia a darse cariño allí porque podría ser la última vez que lo hicieran.