Nueva York.- Hace menos de dos años Usher glorificaba su evolución como un hombre con “Here I Stand”, un CD que lo encontró celebrando su nuevo papel de esposo y padre y evitando la imagen de chico sexy incapaz — o indispuesto — a asumir un compromiso.
Ahora con el lanzamiento de su más reciente álbum, “Raymond v. Raymond”, el cantante de 31 años vuelve a hablar de madurez. Pero esta vez deriva de las lecciones aprendidas tras la decepción no sólo por las desalentadoras ventas de ese disco, sino por el fracaso de su matrimonio de dos años con Tameka Foster Raymond, la madre de sus dos hijos pequeños.
“El haber tenido uno de los momentos más sinceros en ese periodo de mi vida me enseñó mucho”, reflexionó Usher recientemente en el cuarto vacío de un estudio en Manhattan. “Fue muy hermoso ... Simplemente no funcionó. Pero nunca mino ese momento de mi vida porque es valioso ... trato de aprender de mis experiencias”.
Y sus experiencias le han enseñado mucho en poco tiempo. En el 2007 todavía estaba en la cima por el álbum de 2004 “Confessions”, que vendió 10 millones de copias y lo estableció firmemente como un superastro, cuando decidió casarse. La estilista Tameka Foster era ocho años mayor que él y tenía tres hijos por su cuenta.
La eliminación de uno de los solteros más deseados de la música hizo que los fans no aceptaran con beneplácito la unión. El golpe más fuerte a su carrera, empero, vino de sus prioridades profesionales. Con “Here I Stand”, Usher, quien había construido su carrera en base a su atractivo como un playboy, decidió enfocarse firmemente en la familia.
Ahora con el lanzamiento de su más reciente álbum, “Raymond v. Raymond”, el cantante de 31 años vuelve a hablar de madurez. Pero esta vez deriva de las lecciones aprendidas tras la decepción no sólo por las desalentadoras ventas de ese disco, sino por el fracaso de su matrimonio de dos años con Tameka Foster Raymond, la madre de sus dos hijos pequeños.
“El haber tenido uno de los momentos más sinceros en ese periodo de mi vida me enseñó mucho”, reflexionó Usher recientemente en el cuarto vacío de un estudio en Manhattan. “Fue muy hermoso ... Simplemente no funcionó. Pero nunca mino ese momento de mi vida porque es valioso ... trato de aprender de mis experiencias”.
Y sus experiencias le han enseñado mucho en poco tiempo. En el 2007 todavía estaba en la cima por el álbum de 2004 “Confessions”, que vendió 10 millones de copias y lo estableció firmemente como un superastro, cuando decidió casarse. La estilista Tameka Foster era ocho años mayor que él y tenía tres hijos por su cuenta.
La eliminación de uno de los solteros más deseados de la música hizo que los fans no aceptaran con beneplácito la unión. El golpe más fuerte a su carrera, empero, vino de sus prioridades profesionales. Con “Here I Stand”, Usher, quien había construido su carrera en base a su atractivo como un playboy, decidió enfocarse firmemente en la familia.
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